Como ya os contamos al
principio de verano, el último viernes de cada mes cambiamos la piscina por
irnos de excursión a los pueblos de nuestros alrededores, y de donde vienen
algunos de nuestros compañeros todos los días.
El viernes pasado para
casi finalizar con el verano, fuimos a visitar Aniñon. Además era un pueblo al
que teníamos muchas ganas de ir, ya que a nuestro compañero le hacía mucha
ilusión que fuéramos a verlo.
Después de llegar al
pueblo y tomar tranquilamente un café en la plaza, tuvimos la suerte de poder
visitar el antiguo molino de aceite. La visita se hizo muy amena, ya que nos lo
enseño una vecina del pueblo y nos explicó cómo se hacía antiguamente el
aceite, que ahora es muy conocido en la zona.
Una vez conocimos bien el
funcionamiento del antiguo molino, nos llevó a la iglesia del pueblo, de la que
tan bien nos había hablamos nuestro compañero. Y no le faltaba razón, nos
quedamos sorprendidos de los bien cuidada que tienen la iglesia, lo grande que
es y lo bonita que es tanto por fuera como por dentro.
Cerca ya de la hora de
comer, compramos algo de bebida en una tienda del pueblo, en la que nos
trataron muy bien, y fuimos al parque a comer todos juntos.
Fue una mañana muy maja,
aunque nos da pena porque ya se acaban las actividades de verano.
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